Mayor ancho de labor, logrando mayor productividad, bajando el costo operativo.
Más hectáreas pulverizadas en menor tiempo. Menos pasadas y reduce el tiempo, para la aplicación de cualquier agroquímico. Aprovechando el costo de oportunidad.
Menos uso de combustible que produce un notable ahorro económico.
Menos pasadas, menos rotura al cultivo y agresión del autopropulsado sobre el mismo.
Mínimo mantenimiento con mayor vida útil. Mayor resistencia a la corrosión. Reducción en el desgaste de las cubiertas. Facilidad de reparación en caso de accidentes.
Mayor vida útil del equipo por su diseño y elección de materiales, los cuales fueron pensados para durar.