¿Por qué es importante recuperar y mejorar el suelo?
El suelo y la planta son parte de un mismo sistema complejo; no se deben analizar por separado ya que uno no existe sin el otro. El sistema SUELO-PLANTA, técnicamente, se podría encuadrar dentro del concepto de simbiosis.
Para que una planta se desarrolle, necesita de un suelo vivo, ya que sólo así podrá recibir una serie de elementos únicos, como por ejemplo: antioxidantes, aminoácidos, vitaminas y demás sustancias orgánicas esenciales. Asimismo, para que el suelo esté vivo necesita de las plantas debido a la variedad de sustancias carbonadas esenciales que estas le entregan (fotosintatos).
Los últimos estudios científicos demuestran que el suelo no es simplemente el hábitat de un sinnúmero de especies macro y microbianas sino que es algo más complejo: es un organismo vivo en sí mismo, al punto que se está estudiando su genoma. El suelo posee órganos (colonias microbianas) que cumplen las distintas funciones de todo organismo: respiración, alimentación, detoxificación, etc.
Se podría decir que los micro y macro organismos del suelo son las células y los minerales el esqueleto de ese organismo llamado “suelo”. Y como cualquier organismo tiene sus requerimientos (manejo) para funcionar correctamente: temperatura, alimentación, humedad, sustancias que lo dañan, etc.
¿Qué factores de estrés existen con relación al manejo del cultivo?
Consecuencias del manejo inadecuado de cultivos |
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En la microflora |
En el cultivo |
En el suelo |
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Monocultivo |
Aumento de patógenos resistentes, |
Aumento de enfermedades, |
Compactación y pérdida de suelo, |
Falta de rastrojo |
Disminución de biodiversidad |
Aumento de enfermedades, |
Compactación y pérdida de suelo, |
Sobre o sub-fertilización |
Alteración del equilibrio |
Alteración del desarrollo |
Modificación del pH |
Falta o exceso de riego |
Alteración del equilibrio |
Alteración del desarrollo |
Modificación del pH |
Mal uso de agroquímicos |
Aumento de patógenos resistentes, |
Aumento de enfermedades, |
Compactación y pérdida de suelo |
Movimiento del suelo |
Disminución de microorganismos |
Aumento de enfermedades |
Compactación y pérdida de suelo |
Entendiendo al suelo como un organismo vivo, las malas prácticas agrícolas alteran todas sus funciones biológicas enfermándolo con distintos niveles de gravedad, pudiendo, incluso, matarlo.
¿Qué le sucede al cultivo cuando hay estrés?
Cuando el suelo sufre alguna alteración repercute directamente sobre el cultivo por su relación simbiótica suelo-planta, esto provoca una serie de problemas claramente visibles englobados dentro del concepto de estrés vegetal:
Estos factores hacen que la planta esté más susceptible a cualquier tipo de inclemencia, haciendo que el cultivo no alcance su potencial genético a pesar de todos los esfuerzos que se hagan.
Se piensa que agregando más fertilizantes o más plaguicidas se arregla el problema, pero realmente la solución no pasa por ahí. Al intentar llegar a ese potencial con las técnicas e insumos tradicionales sólo se agrava la situación alterando aún más el ecosistema suelo-planta con un costo económico y ecológico altísimo.
Nuestro servicio se basa en asesorar al productor en cómo revertir el estrés del sistema suelo-planta generado por prácticas tales como el monocultivo, la falta de descanso del suelo, el uso intensivo de agroquímicos, etc. y mejorar definitivamente la calidad de su suelo, además de capacitarlo en el manejo más adecuado para mantener la fertilidad natural en el tiempo, la manera de lograr la verdadera sostenibilidad.
Prácticas de manejo recomendadas
Es fundamental comprender que el impacto que realiza el productor agropecuario sobre el sistema suelo-planta es muy alto; calculándose en un 50% del resultado final en el largo plazo.
Por ello cuando se trabaja con la nueva tecnología BIO que proponemos se deberán reemplazar las viejas técnicas (monocultivo, roturación mecánica, uso indiscriminado de plaguicidas y fertilizantes químicos, etc.) para que los insumos naturales funcionen correctamente.
Consorcios microbianos
El suelo vivo contiene miles de millones de microorganismos de cientos de especies por gramo, que son la matriz principal de esa vida. Está comprobado que ellos son los seres vivos más sensibles a los cambios, por lo que son los primeros que mueren, mutan o cambian sus proporciones ante las malas praxis. Es habitual verificar mediante análisis biológicos que los suelos con agricultura intensiva (la gran mayoría) presentan una enorme alteración en cantidad y diversidad microbiana que se va agravando en cada ciclo productivo afectando directamente al cultivo.
Es por eso que se hace indispensable revertir esta tendencia degradativa modificando las prácticas agronómicas actuales y, paralelamente, ir incorporando los grupos funcionales microbianos faltantes al suelo, devolviéndole la vida que fue perdiendo. Ellos son el “motor” del cambio en el proceso de recuperación de la vida del suelo. Obviamente que se requiere de un correcto análisis biológico del suelo para saber qué especies utilizar.
Existen otras familias microbianas diferentes que tienen acciones específicas, pero sobre las hojas (filósfera) y sobre las semillas (espermatósfera) y que son tan indispensables como los microorganismos del suelo.
Contamos con insumos a base de casi 100 especies microbianas benéficas de acción sinérgica, capaces de recuperar suelos degradados y de mejorar la calidad edáfica. La biodiversidad es el eje principal del tratamiento.
Los consorcios microbianos son importantes porque:
Simbiosis suelo-planta:
Relación entre las colonias microbianas y la plantaHábitats microbianos
Ácidos húmicos y fúlvicos
Son moléculas complejas únicas que la microbiota del suelo produce durante mucho tiempo de elaboración bajo ciertas condiciones óptimas de presión, temperatura y humedad. Los ácidos húmicos son los mejores indicadores de calidad edáfica, ya que su presencia nos dice que ese suelo ha tenido el trato adecuado.
La agricultura moderna rara vez genera esas condiciones ideales, por lo que no se llegan a formar en cantidad suficiente; incluso los ácidos húmicos existentes se van consumiendo a una tasa mayor a la de producción, generando un balance húmico negativo.
Estas moléculas cumplen funciones indispensables y exclusivas para el normal desarrollo de la vida del suelo, y por ende de las plantas. Entre las principales están: la retención de agua y nutrientes, la ruptura de sales para evitar la salinización, el incremento de la capacidad de intercambio catiónico, la separación de las arcillas y el aglutinamiento de las arenas, entre otras. Recordemos que no existen otras sustancias que reemplacen a los ácidos húmicos.
Las sustancias húmicas son parte de la materia orgánica y se las suele llamar “materia orgánica vieja”. Tienen propiedades muy diferentes a la otra parte de la materia orgánica denominada “joven”, que sirve, principalmente, como fuente rápida de nutrientes.
Es por eso que una de las principales técnicas recomendables es el aporte artificial de ácidos húmicos y fúlvicos hasta que se logre re-equilibrar el sistema, mientras se trabaja en buenas prácticas agrícolas que tiendan a evitar su degradación y a permitir un balance húmico positivo.
¿Qué pasa cuando disminuye el humus?
Más de 7.000 kg/ha/año de suelo se pierden por erosión.
Aminoácidos
Son la base de la vida, ya que son los eslabones que forman las proteínas. Las plantas tienen la capacidad de producirlos a partir, principalmente, del nitrógeno atmosférico y del nitrógeno edáfico que obtienen gracias a la acción microbiana. Es de fundamental relevancia conocer esto, ya que sin los microorganismos (o sea el suelo vivo) el nitrógeno no podría ser utilizado por los vegetales y la vida en el planeta no sería posible (!). Y como se requiere una gran cantidad de aminoácidos durante la producción de un cultivo moderno, no siempre hay suficiente disponibilidad y la planta puede llegar a tener algún déficit nutricional.
Las fuentes de nitrógeno edáfico son varias: restos de plantas, animales, insectos y microorganismos, siendo dos las formas químicas en las que se encuentra: la orgánica, que representa más del 95 % del nitrógeno total, y la inorgánica, el 5 % restante, principalmente como amonio y como nitrato, que son las formas en que lo toman las plantas. Los microorganismos transforman estos restos en nitrógeno disponible a través de procesos de amonificación y nitrificación denominados mineralización.
Casi el 80% del aire está compuesto por nitrógeno, que es la otra fuente de donde la planta recibe este elemento gracias a la acción de otros grupos específicos de microorganismos capaces de fijarlo y entregárselo de manera simbiótica y asimbiótica.
Entonces se hace imprescindible que el Técnico y el Productor tengan en cuenta que no sólo deben analizar el amonio y el nitrato disponible en el suelo sino el nitrógeno potencialmente producible a partir de los distintos procesos mencionados, el que puede llegar a ser verdaderamente importante en cantidad. A los fines orientativos, se pueden fijar entre 50 y 100 kg/ha/año de nitrógeno atmosférico de manera simbiótica y no simbiótica, siempre que estén presentes los microorganismos adecuados. Y otro tanto también se puede llegar a generar a través de la mineralización, si está presente esa microflora específica en el suelo.
Lamentablemente no se tienen en cuenta estos datos cuando se hace un análisis de laboratorio standard ya que sólo se miden el nitrato y el amonio actual, por lo que es casi segura la sobre-fertilización nitrogenada, perjudicando al bolsillo del productor y, como es bien sabido, al mismo suelo. Es por eso que se recomienda hacer un correcto análisis del suelo en el cual podamos conocer, no sólo el nitrógeno inorgánico sino también el orgánico y la microflora existente, especialmente los fijadores atmosféricos, así como los amonificadores y nitrificadores.
En los casos de necesitar un mayor volumen de nitrógeno, en vez de fertilizantes nitrogenados tradicionales utilizamos fertilizantes orgánicos de origen natural como son los aminoácidos libres, ya que poseen muchas ventajas, entre ellas: que la planta no gasta energía para tomar el nitrógeno del suelo ni para transformarlo en aminoácidos, que ingresan inmediatamente a la planta, que actúan como excelentes anti-estresantes, que se utilizan en muy bajas dosis comparativamente con los demás fertilizantes, que son amigables con el medio ambiente, que se aprovechan en un 100%, que provienen de recursos renovables y que son más económicos (!).
Funciones principales de los aminoácidos
Biominerales
Se los denomina así porque son minerales “puros” (no sales) cuyas formas químicas son fácilmente mineralizables por los microorganismos que terminan disponiéndolos a las plantas.
Lo recomendable es hacer aportes de macro y micronutrientes de origen mineral (natural) con miras a reponer faltantes en los casos en los que se necesite realmente.
Entre los minerales recomendados, la roca fosfórica sería uno de los principales debido a la importancia que reviste el fósforo en el sistema suelo-planta. Y en este sentido se hace indispensable contar con un análisis adecuado de la concentración de fósforo en el suelo antes de tomar una decisión de fertilizar. Y al decir “adecuado” significa que se debe medir no sólo el fósforo disponible sino el no disponible inmediatamente, ya que representa una cantidad mucho más importante de lo que se cree. Lo que sucede es que ese fósforo sólo podrá utilizarse a través de la mineralización de los microorganismos especializados en su solubilización, y estos muchas veces no están presentes en los suelos debido a la exterminación que provocan las malas praxis o bien debido a que hay excesos de fertilizantes fosfatados que provocan el no desarrollo de esas colonias porque “no hacen falta”. Es algo similar a lo que sucede cuando hay exceso de fertilización nitrogenada que hace que los fijadores de nitrógeno no se reproduzcan.
Otros biominerales que utilizamos son las tierras de diatomeas, que contienen unos 35 minerales.
El tratamiento dependerá de las condiciones edáficas iniciales y del nivel de mejora que esté dispuesto a alcanzar el productor, lo que daría un indicio del tiempo requerido para lograrla.
Tiempos
Cualquier tratamiento serio de recuperación asistida de un suelo agrícola requiere de un lapso relativamente corto comparado con el que necesitaría la naturaleza si se la dejara actuar libremente, pero siempre hay que pensar en períodos cercanos a los dos años, aunque las mejoras se van percibiendo ya desde el primer año.
Inversión
Nuestra propuesta de valor tiene una enorme ventaja, y es que no requiere INVERTIR DINERO adicional al que actualmente viene invirtiendo el productor, debido a que, básicamente, se trata de un sistema de sustitución y reducción de insumos y algunos cambios de técnicas convencionales por buenas prácticas.
Costos
Está comprobado que este tipo de tratamientos logra la mejor relación costo-beneficio comparativamente con cualquier otra forma convencional de producir. Esta brecha se va ampliando año tras año debido a que, a medida que aumenta la mejora edáfica, se requieren menores dosis de cada insumo, al contrario de los manejos convencionales que, al no lograr mejorar la calidad del suelo requieren de mayores dosis de fertilizantes y plaguicidas para lograr lo mismo cada año.
Aumento del valor venal
Uno de los principales beneficios que genera el uso de esta tecnología es el aumento comprobable del valor de la tierra. No sólo que un suelo fértil incrementa la productividad y la calidad de lo producido, sino que mejora sensiblemente el precio de mercado por el potencial que adquiere.
Nuevas tecnologías de análisis ¿Qué medir en el suelo antes y después de cada ciclo?
Trabajamos con métodos no tradicionales de análisis y de regeneración edáfica, derivados de la Física, la Microbiología y la Bioquímica, midiendo variables que habitualmente no se tienen en cuenta y que son tanto o más importantes que las habituales N y P disponibles, MO sin diferenciar y pH. Esos parámetros son, principalmente: el potencial dieléctrico del agua, los metales pesados presentes y los indicadores biológicos del suelo.
Una de las técnicas utilizada se basa en la colorimetría y mide proporcionalmente la relación entre la parte orgánica e inorgánica del suelo, dándonos una idea del nivel de actividad biológica.
Resultados esperables
el precio corresponde al litro/ aceptamos mercado pago.
Última actualización: 25/03/2025
Publicado hace 4 años